Cuando recibí el diagnóstico de cáncer de mama, después de angustiarme como el infierno, después de llorar hasta no poder más del dolor de cabeza, mi alma se serenó y pensé:
¿Cuál es el aprendizaje?
Siempre pensé que si Dios te pone obstáculos en el camino, es porque sabe que puedes sortearlos, sabe que tienes la fortaleza para trascenderlos.
Luego, me llegó un mensaje de un amigo muy querido y sus palabras iluminaron mi alma por completo:
"Si Dios te ha dado esta batalla es porque antes te dio la gracia".
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